En los últimos días vino a mi mente esa idea de distribuir justamente mi tiempo entre los deberes laborales y ese equilibrio en la vida personal. Para nadie es un secreto que el equilibrio en la vida es un factor crucial, si queremos tener tanto el cuerpo como la mente sana. Hoy quiero hablarles de esto, porque estoy segura de que muchos de ustedes han llegado a ese punto de estrés en el que dicen “esto tiene que cambiar” o “me hace falta tiempo”. Lo cierto, es que la pandemia nos ha traído cambios significativos en nuestras rutinas, que terminan afectándonos positiva o negativamente a nosotros y nuestras familias. Empezando por el famoso teletrabajo, que tiene tanto de encantador, como de conflictivo. 

Sin más preámbulo, aquí les comparto cómo he intentado mantener el balance entre familia y trabajo. 

¿Cómo lograr el equilibrio en la vida?

Que el tiempo alcance es tan difícil como sumarle 3 horitas más a lo que dura el día; siempre contamos con 24 horas y deben alcanzar sí o sí. Más allá de eso, considero que ordenar las tareas del día es fundamental para que logres hacer lo que necesitas. Por supuesto, soy mamá, no una profesional en el tema, pero aquí les dejo mis recomendaciones. 

Mis infaltables del día

Con el regreso a clases de mis hijos, hemos tenido, junto a mi esposo, que exigirnos un poco más, para que no les falten las tres comidas. Para esto y como les decía anteriormente, necesitamos orden. Definir las tareas del día, de tal manera que podamos dedicarle a cada deber el tiempo justo. 

En el trabajo empezamos reuniones a las 8:30 am, por lo que antes de eso tengo el tiempo para preparar de comer a mis hijos. Así que empecemos por ahí. 

24 horas para ordenarte

Comienza el día con recetas fáciles y económicas

Todas las mañanas madrugo a preparar almuerzo y desayuno para mi familia. Lo primero, es poner a hacer el arroz, que mezclo junto a las arvejas de San Jorge. Mientras va quedando, voy alistando un desayuno con huevitos y unas buenas tostadas, siempre acompañadas de la infaltable Mermelada Premium Frutos del Bosque de San Jorge Maestro. Si no la han probado, sinceramente, se las recomiendo.

Es así que, con el primer llamado, que nunca es suficiente para que mis hijos y esposo salten a la mesa, logro apagar el fuego del arroz y empiezo a hacer una buena pechuga a la plancha,   a la que le aplico un poquito de Pasta de Ajo San Jorge para que no dejen ningún bocado. Por supuesto, esto varía según el día. Mi parte de la proteína la guardo para cuando sea mi hora de almorzar, para que de ese modo conserve sus propiedades. 

En el trabajo, siempre llevo una agenda conmigo, en donde anoto absolutamente todo. Es la mejor forma de ir cumpliendo con mis deberes sin distraerse en actividades secundarias. Esto, por supuesto, con las respectivas pausas activas que son necesarias para despejar la mente y recargar. Un café y retomamos las labores. 

Como el almuerzo ya está adelantado, es sencillamente preparar la proteína y retomar las labores. Recuerda cambiar de espacios en el día. Como les decía, el teletrabajo tiene sus pros y sus contras. Es importante que diferencies bien el momento y espacio en el que trabajas, frente al tiempo en el que te alimentas. Te recomiendo además, salir a caminar 15 minutos para reposar la comida y cambiar de información. Siempre ver el mismo escritorio no es saludable. 

Practicidad después de un día productivo

Hecho esto, son las 6:30 am y ya he salido de desayuno y almuerzo. Despacho a los niños con el beso infaltable de mamá y la bendición. El resto del día, o por lo menos hasta las 3, es trabajo duro y puro. Reuniones van, reuniones vienen y con ellas uno que otro antojo casero. Ahí es cuando dicen presente las galletas de soda a las que suelo aplicarles un remix de Mermelada de Piña y Mermelada de Mora de San Jorge. 

En la noche, suelo irme por lo práctico. A mis hijos les encanta las comidas rápidas y los Platos Listos de San Jorge. Así que cuando no son unas buenas lentejas con salchicha y papa, es una mazorcada llena de maíz tierno de San Jorge, queso, lo que yo llamo carnitas perdidas (pollo, salchicha y carne de res picadas) y una bebida fría. 

Es así como ordeno mí día a día entre comidas, trabajo y la fortuna de ser una madre orgullosa.  El equilibrio para mí no parte de hacerlo todo perfecto, sino de entregar lo mejor para que las cosas salgan bien. Por eso mi recomendación es que hagas una lista de cosas infaltables y las organices por prioridades. En la medida de que vayas cumpliendo tareas puntuales, irás soltando la carga que poco a poco será más liviana. 

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